Maternidad real

Celebra la maternidad real

En vísperas de celebrar el Día de la Madre estoy segura que muchas de las que formamos la comunidad My Family Lab nos sentimos estos días desbordadas: la convivencia 24 horas sin posibilidad de escape lleva a momentos de conflicto y tensión que terminan desembocando en enfados épicos, gritos o castigos. Y lo que es casi peor, provoca esos sentimientos de culpa porque la realidad no se parece en nada a la visión idealizada de la maternidad que tenemos en nuestra cabeza.

“No hay una manera de ser una madre perfecta, hay un millón de maneras de ser una buena madre”

Jill Churchill

Mientras ansiamos, para bien o para mal, la llegada de esa ‘nueva normalidad’ que nos anuncian, vivimos estos un día un terremoto emocional… Estos días no son fáciles para nada ni para nadie; y tampoco para ser madres.

Apostaría a que este Día de la Madre es uno de los más bizarros que has celebrado nunca, pero esta «no normalidad» en que vivimos tiene mucho que celebrar: que somos, aun con defectos e imperfecciones, las mejores madres para nuestros hijos 😊

La importancia de normalizar el caos frente la maternidad idealizada

Seguramente que es un sentimiento generalizado entre las madres la sensación de estar viviendo estos días en medio de un caos; de haber perdido el control; de no llegar a todo; y, muchas veces también, de no estar haciéndolo bien. Y yo me pregunto… ¿pero qué es eso de hacerlo “bien”?

Nos parece que somos las únicas a las que nos pasa esto; que estamos solas; y que nada más que nosotras lo estamos haciendo mal (y de nuevo, ¿qué es hacerlo “mal”?)…

Pues ya que en nada es el Día de la Madre quiero contarte que no es verdad. Que hay muchas situaciones compartidas que se han vuelto “normales” en esta tormenta perfecta de confinamiento, teletrabajo y conciliación. Así que respira profundo porque lo estás haciendo todo lo mejor que puedes y sabes con el estado emocional, información y recursos que tienes en este momento. Y ten por seguro que:

  • Es normal que tus hijos estén más sensibles, más desafiantes, más inquietos: al igual que para nosotros la situación que están viviendo es inédita, desconocida y totalmente ajena a su zona de confort. Las llamadas de atención son para ellos la forma de expresarse, de contarte que puede que no lo estén pasando bien, que estén intranquilos o, incluso, que te noten a ti nerviosa.
  • También es normal que tus hijos puedan haber experimentado algún retroceso en su desarrollo o en sus destrezas. Quizás has notado que vuelva a necesitar pañal; o, tal vez, que pide poder dormir contigo de nuevo; o, simplemente, que duerme mucho menos o peor de lo que lo hacía habitualmente; a lo mejor necesita ayuda para tareas que antes gestionaba muy bien solo… Estos pasos atrás son entendibles en el contexto en el que estamos, en el que pueden surgir nervios, miedos, angustia o ansiedad tanto en los niños como adultos. Para nada significa que sean permanentes y debemos tener la tranquilidad de que están dentro de la normalidad.
  • Y por supuesto es normal que puedan haber cambiado su estado de humor habitual. A lo mejor los notas más apáticos o con menor iniciativa. O al contrario: excitados y un poco alocados… Y eso no tiene nada que ver con que lo estés haciendo bien o mal, que es uno de los pensamientos recurrentes que solemos tener. Simplemente responde a que cada persona afronta lo desconocido, lo difícil o gestiona sus emociones de forma diferente.
  • Sigue siendo normal que tu casa no parezca de foto de revista. Soportar todas nuestras idas y venidas, juegos, trabajos, comidas, siestas, ejercicios, etc., durante 24h… seamos honestas: ¡tiene que tener sus consecuencias!
  • Y, desde luego, es normal que no puedas hacer cocina de tres estrellas Michelin, ser un as en las manualidades y decoración, coser mascarillas con telas molonas, ponerte con la limpieza general de primavera y el cambio de armarios, además de trabajar y ayudar a tus hijos con las tareas del cole. ¡Así que deja de sentirte culpable por esto please! 

De verdad, que suceda algo de esto (¡o todo!) es lo NORMAL.

Así que deja atrás esa frustración generada por la maternidad idealizada, porque somos madres conscientes, no perfectas.

Algunos tips para celebrar la maternidad con más calma y disfrute

Saber que todas las situaciones anteriores son normales y habituales seguro que ya nos produce bastante calma. Pero hay consejos que nos pueden ayudar también a mejorar esa normalidad…

  • Estos días, más que nunca, estate atenta a las necesidades de atención y poder de tus hijos. Esto te será de gran ayuda para anticiparte y eliminar llamadas de atención como pueden ser los “te ignoro” o “no te hago caso” o “te llevo siempre la contraria”
  • Construye rutinas: no dejes lo extraño y caótico de la situación que vivimos lleve también el caos al día a día. No serán rutinas iguales que a las que tenían previas al confinamiento; pero al igual que pasa en vacaciones, se pueden construir nuevas rutinasy que ellos participen en el proceso– que les darán seguridad, confianza y tranquilidad en una situación inédita para ellos.
  • Deja para más adelante cualquier cambio o “innovación” que afecte a los niños: dejar el pañal, cambiarlo de habitación, etc. Si no es un cambio estrictamente necesario, mejor esperar a que pase una situación extraordinaria para poder afrontar el proceso desde la calma y la seguridad.
  • Aléjate de la culpa y de la maternidad idealizada: desde la reflexión y la consciencia analiza qué puedes hacer diferente para que tu normalidad mejore.

Y recuerda: toda esta locura que vives gracias a la maternidad ¡es normal! 😊

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¡Feliz Día de la Madre!

Helena

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