Patrones de educación heredados

Momentos en los que más que su madre parezco MI madre

Al ser educados, participamos de los patrones de educación heredados de nuestros padres, sus creencias y comportamientos que se filtran hasta el último poro de nuestra piel, por lo que es muy común después reproducir de forma inconsciente esos patrones de educación heredados

“La mejor herencia que se le puede dar a un niño para que pueda hacer su propio camino es permitir que camine por sí mismo”

Isadora  Duncan

 

Siempre que hablo de afrontar un estilo de educación respetuoso y, en cierta medida, innovador frente a las corrientes más extendidas y tradicionales de educación, surgen un montón de preguntas por vuestra parte que básicamente casi puedo simplificar en una: ¡sí, yo apuesto por una educación respetuosa! Pero hay veces en las que sin darme cuenta… ¡hablo y me comporto como lo haría mi madre!! 🙄

¡Tranquila! Eso se debe a los patrones de educación heredados, de los que hablaremos un poco más adelante. Pero para entendernos bien y sin tecnicismos… si alguna vez te has descubierto diciendo: “¡ni consola, ni consolo!”, “y si fulanita se tira por un puente… ¿tú vas detrás”, o la archiconocida “¡con la comida no se juega!”, seguro que sabes de lo que hablo. Porque además, lo más probable es que antes de tener hijos hubieses jurado que nunca, nunca, nunca ibas a ser una madre que dirías esas frases… ¡Qué va! 🤭

Los patrones de educación que recibiste en la infancia forman parte de ti

Aunque al convertirte en madre, o incluso después de un tiempo experimentando la maternidad, hayas decidido abrazar un estilo de educación diferente al que hayas recibido en tu infancia es muy común que en situaciones concretas tus reacciones instintivas, tus respuestas o tus acciones sean como por arte de magia las que tu madre/padre reproducían contigo. Y te ves diciendo frases que te perjuraste que nunca dirías a tus hijos, pero ¿qué quieres? los humanos somos seres de costumbres, y claro ¿cuántos años llevas siendo madre? ¿y cuántos llevas siendo hija? ¡pues eso! que llevas mucho más años recibiendo patrones de otros que reflejando patrones tú en otros.

Todas esas frases y normas que te han inculcado desde pequeña han ido penetrando como una lluvia fina que te ha calado hasta los huesos,  hasta ser parte de ti misma y forjar patrones comportamientos y creencias heredados que también dan forma a tu personalidad.

Partamos de la base que aquí no estoy poniendo en entredicho la educación que hemos recibido: nuestros padres nos han dado la mejor educación que pudieron atendiendo al contexto que les tocó vivir y a las herramientas, información y recursos que tuvieron en su momento. No obstante, al igual que ellos introdujeron avances y modificaciones respecto de la educación recibida por parte de sus padres, es normal que nuestra generación haga lo mismo.

 

¿Qué NO hacer con los patrones de educación heredados?

¡Innovar nunca es fácil! Y hacerlo a la hora de educar a tus hijos, pues… ¡tampoco! La maternidad consciente y respetuosa está cada vez más extendida, ¡afortunadamente! Pero aun dista mucho de ser la opción preferente. Por eso, si has elegido este tipo de educación, es normal que en momentos de flaqueza en los que se pierden los nervios o en los que tendemos a actuar como lo harían nuestros padres, nos entren dudas. ¿Cómo he podido decir esto o hacer lo otro si yo estoy convencida realmente de trabajar una educación basada en la comunicación y el respeto?

Esos pensamientos y respuestas instintivas afloran porque forman parte de nosotros y de nuestro aprendizaje y herencia. Lo importante es ser consciente de ello y entender el por qué de su aparición, ya que esto evitará en gran medida que transformemos estos momentos en sentimientos de culpa, que no nos aportará nada beneficioso ni a nosotros ni a nuestros hijos.

Ten confianza en el tipo de educación que has elegido, aleja la culpa y utiliza todas las herramientas que tengas a tu disposición para mejorar cada vez más la relación con tus hijos. La clave es la de siempre… ¡somos madres conscientes, no perfectas!

¡Qué SI hacer con los patrones de educación heredados!

Alejarse de los extremos también suele ser un buen camino. Me refiero… ¡seguro que en la educación que has recibido hay algo que te hace sentir orgullosa y que querrías transmitir a tus propios hijos! ¿Quizá esa tenacidad con la que tus padres perseguían los sueños? ¿A lo mejor esa capacidad de esfuerzo que demostraron y te inculcaron para conseguir objetivos? ¿Puede que la gratitud y la capacidad de sentirse afortunados con lo que se tiene? ¿O ese sentido de la responsabilidad que ahora casi te define? ¿Y el sentido del humor?

Hay millones de ejemplos. Pero, ¿por qué no averiguas el que realmente se corresponde contigo? Para ello, te propongo un ejercicio práctico muy sencillo: coge lápiz y papel y resérvate un hueco tranquilo (tampoco hace falta que sea mucho tiempo) para poder reflexionar tranquila. Pensando en cualidades que estuvieron presentes en la educación que tus padres te dieron, construye dos columnas y encabézalas con estos títulos:

-Que sí rescataría

-Que no rescataría

Y, ¡hala! a pensar y escribir. Una vez que tengas las dos listas decide cuáles de las que rescatarías quieres potenciar sí o sí con tus hijos, y de la lista de las que no rescatarías trata de detectar en cuáles caes normalmente y proponte suavizarlas en la medida de lo posible. 

Aunque pueda parecer algo bastante de Perogrullo se trata también de ponerle consciencia: ni abrazar nuestros patrones heredados por el mero hecho de que “en mi casa lo hacíamos así”, ni tampoco rechazarlos de plano o romper con ellos creyendo que todo es mejorable o sustituible. Encontrar el equilibrio e inculcar a nuestros hijos esos valores, creencias y patrones que definen a tus padres, te definen a ti y te gustaría que les definiesen a ellos, siempre haciéndolo desde una perspectiva respetuosa y con herramientas, como las de My Family Lab, que te ayuden a reconectar con ellos.

¿Te ha pasado alguna vez? ¿Has dicho o hecho algo y de repente has pensado… ¡pero si soy mi madre!? El humor nos ayuda mucho a destensar estos momentos y aplicando consciencia, ¡todo lo podemos transformar en positivo!

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¡Te espero!

Helena 
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