Castigos para niños

Castigos para niños, ¿se pueden evitar? Sí, se puede

Y ya está: esta vez ya os lo he contado todo en el título, ¡toma spoiler!. 

Bueno… todo… o casi todo. Porque lo cierto, me temo, es que nuestros hijos en más de una ocasión (¡muchas más de una!) tomarán malas decisiones que conllevarán acciones que, a nuestro juicio, son dignas de castigo. Eso es así. Pero la cuestión que como padres y madres conscientes deberíamos plantearnos es: ¿realmente los castigos para niños tienen efecto para que ellos aprendan de esos errores y así no los vuelvan a cometer?

 “Quien castiga a un inocente,  forma un nuevo criminal”

Victor Hugo

 

Piénsalo:

¿Qué cosas son las que te impulsan a pensar en castigar?

  • Quizá tengas un peque que se haya ido corriendo hacia la carretera, aunque mil y una veces antes le hayas repetido que eso es pe-li-gro-so.
  • A lo mejor ha estampado la pelota contra el cristal del vecino; tan fuerte… que la ventana se hizo añicos ☹
  • O tal vez decidió cogerte el móvil (una vez más) y tras una caída infame, tu reluciente teléfono nuevo necesita recambio de pantalla.
  • Puede que le hayas pedido tantas veces que recoja sus cosas que verlo ahí sentado, como si nada, te hace plantearte que el problema sea del oído, y que en ir al otorrino puede estar la solución…
  • O que al momento de estar tan a gusto jugando con su hermano, de repente lo persigue furioso por el salón ¡para abalanzársele encima!

Como estas, seguro que se te ocurren mil posibilidades que nos sacan de quicio y nos hacen perder la paciencia. Queremos que no se repitan y volver a tener el control de la situación. Y, para ello, la solución instintiva en muchos casos es recurrir a la fórmula del castigo para los niños.

Las razones para usar castigos para niños

El objetivo que tenemos en la mayor parte de los casos es que nuestros hijos entiendan que no han tomado una buena decisión, que no han tenido en cuenta las consecuencias y que la gravedad de sus acciones puede ser grande.

Pero también, piensa… ¿cómo nos sentimos cuándo suceden ejemplos como los anteriores? La mayoría de las veces estamos invadidos por rabia, incluso furia, puede que miedo o desesperación. ¿Qué le podría haber pasado si llega a cruzar sin mirar por no hacerte caso? ¿Por qué no puede jugar sin “atentar” contra las cosas, especialmente de los demás? ¿Cómo es que desobedece para cogerte el móvil nuevo, con lo que ha costado?

Es entonces cuando piensas que la única forma de que realmente te preste atención y entienda lo que ha hecho es recurrir al castigo. Incluso a un cachete… Y es que nosotros, en nuestra mayoría, hemos sido educados así y hemos aprendido la lección.

¿Pero de verdad esto es así? ¿Son los castigos realmente efectivos? ¿Ayudan a que cambien su comportamiento porque gracias a él han entendido lo que han hecho mal?

Por qué no son efectivos los castigos para niños

Habría muuuuuucho que hablar sobre esto 😊

Pero para empezar, os voy a contar los que yo creo que son los dos puntos esenciales en cuanto a la efectividad de los castigos:

  1. Cuando gritamos o castigamos la reacción más común en los niños es sentir miedo, culpa e incluso humillación. Y una cosa está clara, cuando estos sentimientos les dominan son incapaces prácticamente de escucharnos, mucho menos de prestar atención a nuestras razones o explicaciones que inducen al castigo; por lo que poco aprenderán para no repetirlo de nuevo.
  1. La mayoría de los castigos no tienen relación directa con la acción que los ha suscitado: si no recoges ahora, después no ves la televisión; si le pegas a tu hermano, te quedas encerrado en la habitación, etc. Así es que, con estas imposiciones ¿cómo es posible que realmente les estemos enseñando o ayudando a comprender por qué lo que ha hecho anteriormente está mal o no ha sido una buena elección?

La forma de evitar castigos para niños

Entender qué ha suscitado el comportamiento inadecuado que ha tenido nuestro hijo es la clave para conseguir soluciones efectivas alternativas a los castigos y que sí tendrán largo recorrido. Aquí os dejo algunas de las razones ocultas que impulsan el comportamiento de los niños:

  • Comportamiento impulsivo o falta de autocontrol ¿os acordáis del ejemplo del niño que iba hacia la carretera? ¿o del que perseguía a su hermano? En ambos casos es muy probable que su mente estuviese dominada por un impulso incapaz de controlar o que le impidiese ver más allá; como el hecho de que estuviese concentrado en llegar a la pelota para que no se le escapase, aunque hubiese una carretera de por medio… Irónicamente, quizás en el momento en el que tu hijo se ha lanzado a la carretera, tú te pones tan nerviosa que le das un azote, es irónico, pero tanto el cachete como muchos de los castigos que nosotros imponemos a los niños se producen también en un momento de enfado/nervios/pérdida de paciencia, por lo que reflejan en ocasiones nuestra propia falta de autocontrol ante la situación. ¿No crees que es mejor romper ese círculo vicioso?
  • Atención y Poder – ¿Cómo olvidarnos de estas necesidades emocionales básicas? Largo y tendido hemos hablado de ellas… y es que sabemos que si los niños tienen carencia de estas necesidades ¡los comportamientos inadecuados aflorarán!
  • Venganza Cuando los castigos se producen de forma reiterada y continua, nuestro hijo puede pensar, «lo que quieren es hacerme daño» y que eso se transforme en una necesidad y deseo de venganza y que, consecuentemente, provoque aún más comportamientos inadecuados. Círculo vicioso again.

Identificar qué razón ha sido el origen de la acción inadecuada nos ayudará como padres a buscar una solución más constructiva: desde buscar dosis de calma extra frente a comportamientos impulsivos para abordarlos en una conversación calmada posterior; hasta buscar más tiempo en exclusiva para saciar esas necesidades de atención y poder que ayudan a nuestros hijos a sentir que tienen también el control sobre su vida y, por tanto, reduce su necesidad de buscar nuestra atención con comportamientos disruptivos.

¿Te identificas con algunas de estas situaciones? ¿Qué comportamientos de tus hijos te ponen al límite y suelen terminar con un castigo? ¡Te animo a que examines dónde pueden encajar porque te ayudarán a afrontarlas desde la calma y a mejorar cómo solucionarlas con tus hijos!

¡Te espero!

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