COMO ESTABLECER NORMAS Y LIMITES

Normas y límites: Cómo establecerlos

Encontrar el equilibrio entre hacer cumplir las normas y no sentir que pasas el día gritando para conseguirlo puede llegar a ser el santo grial de muchas maternidades. Y es que en este tema no hay una única solución válida. Pero lo que sí te puedo asegurar es que tener normas y límites en casa y a la vez educar desde el respeto y la calma… ¡es posible!

“Poner límites no solo es saludable, en muchos casos es vital para sobrevivir”

Miguel Ángel Núñez

A menudo compruebo, durante los talleres de escuela de padres y con mis clientes de sesiones de coaching familiar, que está tremendamente extendida la idea de que la educación respetuosa está en directa contradicción con el uso de normas y límites. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Estoy convencida que el educar sin gritar en muchísimas ocasiones se consigue gracias precisamente a que hemos establecido normas y límites básicos que deben marcar la convivencia con nuestros hijos. Al igual que cuando el niño está aprendiendo a andar, necesita agarrarse de algo que le haga sentir seguro, a medida que van creciendo a lo que necesitan agarrarse para estar seguros es a los límites.

Y como en tantas otras cosas de la vida, el equilibrio al establecer normas y límites es fundamental.

¿Por qué establecer normas y límites?

En realidad la respuesta es, a la vez, bastante sencilla y bastante profunda.

No se trata tanto de que cumplan unas normas para garantizar una convivencia familiar fluida y pacífica (que también…), si no de ser consciente como madres y padres que si un niño no tiene normas y límites a los que atenerse se siente inestable, inseguro y perdido.

Es decir, la ausencia de normas y límites, al contrario de lo que podríamos pensar en frío, les genera una inestabilidad emocional brutal.

Digamos que los modelos de conducta que establecemos a través de las normas marcadas le ayudan de sobremanera como guía y orientación, tanto en su desarrollo emocional, como incluso en el físico al protegerles de riesgos y peligros (alertarles sobre subirse a alturas, acercarse al fuego, etc.)

¿Y esto quiere decir que estamos avocadas como madres a convertirnos en ogresas que velan por el fiel cumplimiento de unas férreas normas?

¡No! Para nada. Repite conmigo: ¡pa-ra-na-da!  😊

Firmeza y amabilidad es posible dentro de una crianza respetuosa

Poner al respeto en el centro de vuestro estilo educativo, como protagonista que lidera la relación con nuestros hijos no implica tener que inclinar la balanza hacia la permisividad, olvidándonos de límites y normas. Es más, resultaría contraproducente.

Recuerda que cuando hablamos de respeto, por supuesto nos referimos a tenerlo hacia nuestros hijos. Pero también inculcarlo de ellos hacia nosotros mismos y del respeto por uno mismo tanto en el caso de los padres como de los hijos.

Por supuesto que no es fácil. O, al menos, no intuitivo. La razón de ser de la metodología My Family Lab es precisamente ofrecer herramientas eficaces y prácticas con las que llegar a ese momento dorado en el que se cumplen las normas, desde un ambiente de calma y respeto.

¡Créeme! Este tema de normas y límites podría dar para un año entero de posts 😊 Y aunque será difícil que en este texto te pueda dar todas las soluciones, sí que podemos explorar cuáles son algunos de los problemas más comunes a la hora de establecer normas.

¿Qué hacer para que mis hijos cumplan las normas?

Lo primero que, como madres, tenemos que garantizar para que nuestros hijos cumplan las normas es… ¡que las conozcan!

Es un básico muy básico que, de tan básico, a veces se nos olvida.

No se trata de ir improvisando normas según nos vaya viniendo bien que hagan una u otra cosa. Se trata de establecer normas y límtes con la idea de que se cumplan y permanezcan el tiempo: es decir, debemos decidir cuáles son esas normas que sí o sí han de cumplirse. Que nosotros mismos hayamos hecho esa reflexión previa para definirlas y tenerlas claras es un paso imprescindible para conseguir que se cumplan.

Tampoco es necesario rellenar un tablón entero de normas; es más, si podemos limitarlas a un puñado… ¡mejor que mejor! Pocas, sencillas y comprensibles debería ser la máxima que nos guiase en el establecimiento de normas y límites.

Lo siguiente después de que hayamos decidido las normas, es claro está, comunicárselas a los niños. Pero, una vez más, no sobre la marcha. Esperamos a un momento en el que todos estemos tranquilos para podérsela contar con calma y antelación, cerciorándonos de que las entendido y aceptado. Hacer estas dos cosas será un paso de gigante para conseguir que se cumplan sin conflictos (o con los menos posibles).

En cuestión de normas y límites, la perseverancia será tu aliada

Esta es otra regla de las básicas: palabrita que de nada sirve establecer unas normas y límites si después no los cumples

Piénsalo… Si cedemos ante un límite o una norma previamente establecidos, ¿Qué es lo que aprende el niño? Sobretodo dos cosas:

1) Que las normas no son tan importantes como para comprometerse a cumplirlas y

2) Que lo único que tienen que hacer para que terminemos cediendo es llorar, quejarse o negociar con papá y mamá.

Así que ya sabes, ¡aquí la paciencia es un grado! Ser firme y consistente es la clave.

Sé que es dificil mantener las normas sobretodo en determinadas circunstancias, por ejemplo cuando estamos especialmente nerviosas, ¿En que momentos te resulta más difícil que se cumplan las normas en casa?

¡Te espero!

Helena
4 Comentarios
  • Paquita
    Publicado a las 14:38h, 30 enero Responder

    Buenas tarde Helena
    Me encantaria poder poner normas y limites sin gritar ni castigar a mis hijas son mellizas tienen 2 años y medio
    Muchas veces me pongo de los nervios
    Me gustaria mucho que me aconsejaras
    Gracias

    • Helena
      Publicado a las 11:06h, 31 enero Responder

      ¡Hola Paquita!
      Que duro y frustrante es pasarnos el día gritando y amenazando ¿verdad? En el artículo te doy algunos consejos para que puedas trabajarlo, pero claro, es un tema muy extenso difícil de tratar en un solo artículo. Por eso precisamente creé mi curso Madres al borde de un ataque de nervios, ¡el nombre es bastante gráfico!😅 te recomiendo que le eches un vistazo porque en él vas a encontrar un montón de herramientas prácticas y aplicables desde el minuto cero que estoy convencida de que te van a ayudar tanto con las normas y límites como con tus nervios.
      un abrazo grande y mucho ánimo! :)

  • Lucía
    Publicado a las 14:30h, 21 mayo Responder

    Que hago si mi hijo decide no cumplir una norma, por ejemplo no lavarse los dientes antes de acostarse?
    Estuve en el taller de las pantallas que decías que la consecuencia de decidir no cumplir las normas tecnológicas tiene que tener que ver con la norma, por ejemplo , no disponer de tecnología durante x tiempo.
    Pero que pasa con esas normas que digamos no son “privilegios” ??? Y por tanto no las podemos quitar?

    • Helena
      Publicado a las 10:37h, 16 septiembre Responder

      Hola Lucía! lo primero, todos los «malos comportamientos» son solo síntoma de que algo más está pasando, lo primerísimo es siempre entender qué puede estar pasando para que no quiera cumplir con las normas, para a partir de ahí trabajar con aquello que esté pasando.🤓

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