13 Jun Niños desafiantes: 2 claves sencillas que te facilitarán las vacaciones
“¿Queréis conocer a un hombre? Investidlo de gran poder”
Pitaco
Una semana menos para el fin de curso y, yo no sé en vuestras casas… pero en la mía ya han empezado los primeros signos de luchas de poder, y los niños desafiantes ya de por sí, están más desafiantes de lo habitual. A ver, la emoción del verano ha llegado para quedarse y se siente plenamente en el ambiente: hace más calor, llevamos menos ropa, aparecen funciones y actos de fin de curso por doquier, se hacen los primeros planes de verano con los amigos…; y todo eso ya hace que estemos un poquito más alterados que de costumbre, aunque todavía no haya terminado el curso escolar.
El origen de la actitud de los niños desafiantes como llave para neutralizarla.
¿No notáis que cada día es más difícil que se vayan a su hora a la cama? ¿O que se centren en las tareas del cole? Tenemos más horas de luz que en cualquier otro momento del año y una temperatura casi perfecta que invitan al ocio más que nunca… ¿O acaso no te entregarías tú al terraceo en estas tardes-noches maravillosas? Pues a los niños les pasa igual 😉
¿Que por qué te cuento esto? Porque, como te adelantaba en el post anterior, es vital que en esa búsqueda de calma y disfrute con tus hijos ahora que pasarán más tiempo en casa al estar de vacaciones tengamos en cuenta cuál es el origen que da lugar a sus comportamientos. Entender por qué se producen esas luchas de poder que luego se traducen en desobedecer, no colaborar, actitud desafiante, apatía, etc., va a ser la clave para tratar de neutralizarlas antes incluso de que aparezcan.
¡Y ese es nuestro reto de hoy!
2 claves sencillas para anticiparnos: atención y poder.
Hoy en día, por lo general, solemos tener muy automatizada la alarma que constantemente nos pone en alerta para que todas las necesidades básicas físicas de la familia estén cubiertas: dormir, asearse, comer… seguro que cuando tu hijo te dice que quiere cenar no le dices, ¡pero si ya cenaste ayer! ¿verdad que no? ;) . Sin embargo, es curioso cómo en muchas ocasiones se nos pasa completamente prestarle la atención debida a las necesidades emocionales básicas: tanto a las nuestras como a las de nuestros hijos.
Pues de la misma forma que si un niño tiene hambre buscará comida hasta debajo de las piedras hasta que la obtenga y tú vivirás un momento de pesadilla tratando de calmarle; cuando nuestros hijos sufren carencia de sus necesidades emocionales básicas (la atención y el poder) también se traduce en una convivencia de pesadilla que estará dominada eso que llamamos «malos comportamientos» que vendrán en forma de llamadas de atención y luchas de poder que restan a vuestra relación en vez de sumar.
Pero vamos por partes…
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Necesidad de Atención: los niños necesitan genuinamente de nuestra atención: Y si sienten que no la tienen van a hacer lo que sea por tenerla, normalmente con llamadas de atención en forma de esos comportamientos típicos que nos sacan de quicio. Por eso es importantísimo dedicarles tiempo en exclusiva y que en ese tiempo no tengan que competir por nuestra atención con nadie ni nada más. Esto hará que sientan que su necesidad de atención está cubierta y que por tanto no sientan la necesidad de llamar nuestra atención. ¿Cuántas veces hemos oído aquello de que un mal comportamiento de un niño solo busca una llamada de atención? ¡Y efectivamente esto es así! Se basa en un comportamiento del niño buscando una acción-reacción: si yo me comporto de esta determinada manera (normalmente lo que los adultos consideramos como “mal”), obtengo la atención de mi madre que estoy buscando.
¡Solución!: anticiparse siempre. Si notas algún mal comportamiento que se derive de buscar llamar la atención, revisa los tiempos en exclusiva que estás pasando con tu hijo así como la calidad de los mismos; ya que satisfacer esta necesidad emocional básica puede significar un cambio inmediato en el comportamiento general de tu hijo, tanto si es pequeño como si es adolescente.
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Necesidad de Poder: imagina qué siente un niño cuando a las 10 de la mañana ya le han dicho: que es hora de levantarse, que tiene que desayunar, ¡tómate la leche!, ahora lávate los dientes (y rápido que no llegamos), vístete (mejor coge el jersey azul por si hace frío)… nuestros hijos están sometidos a mil y una órdenes desde la mañana a la noche; y esto afecta a su autoestima, el desarrollo de su autonomía y la necesidad que tienen de tener ciertas parcelas de decisión.
Esto no quiere decir que haya que darles una autonomía completa y que no haya que guiarles: son niños y necesitan de nuestra referencia. Pero sí podemos fomentar que tomen decisiones dentro de un contexto controlado: esto funcionará porque ellos se sentirán empoderados y líderes de su propia vida; y, esto irá a favor de su necesidad de poder, lo que sin duda ayudará a evitar comportamientos en forma de te ignoro, en forma de no te hago caso, en forma de te contesto, que no son otra cosa que luchas de poder cuyo origen es que no sienten cubierta esta necesidad.
¡Creéme! Algo tan sencillo es a la vez tan mágico y potente como para desatascar gran parte de los problemas que se producen en la relación con nuestros hijos. Y aunque es algo que debe aplicarse durante todo el año, es especialmente necesario en esas épocas, como el verano, donde compartimos más tiempo con ellos; ya que ampliar el tiempo que pasamos juntos también implica ampliar la atención que reciben de nosotros y la capacidad de decisión que pueden tener en sus manos.
¿Qué te parece? ¿Dispuesta a poner en marcha estas dos sencillas claves para notar un cambio total?
¡Satisfacer y equilibrar su necesidad de atención y poder es una fórmula maravillosa para eliminar luchas de poder y actitudes desafiantes en los niños!
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¡Te espero!
Helena Ruiz Pino
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