Grabar constantemente a los niños

Cómo desconectar del móvil en Navidad

¿Dónde estaba tu móvil en la cena de Nochebuena? La pregunta parece inocente, pero trata de hacer memoria… Estoy bastante bastante segura de que la única duda que tendrás es si lo tenías encima de la mesa, a tu derecha o a tu izquierda. Y es que se ha convertido en un elemento tan imprescindible en nuestra vida que nos resulta difícil entender que, a veces, estar tan conectado nos desconecta de nuestro alrededor más próximo

“Adueñándose de nuestra atención, la tecnología entorpece nuestras relaciones”

Daniel Goleman

Me gustaría comenzar el post de hoy con un vídeo que habla sobre ese momentazo de hiperconexión durante las cenas y comidas familiares

¿Ya? Espero que, sobre todo, te hayas echado unas risas  😊

Pero estoy bastante convencida que también te has visto al menos un poco reflejada en ese «soy casi siamesa de mi móvil», que se han convertido ya en una extremidad más de nuestro cuerpo. La obsesión de estar al tanto de todo y en todo momento, de contestar al instante, de recurrir al móvil aunque sea para un vistazo rápido sin un objetivo definido… esa necesidad de estar permanentemente conectado, irónicamente, suele ir unida a una desconexión de lo más próximo, de las interacciones reales y físicas, especialmente con la familia.

Si el otro día os hablaba de la magnífica campaña lanzada por Suchard este año, hoy voy a recuperar la no menos espectacular campaña desarrollada por Ikea las Navidades pasadas: una reflexión actual y acertada de todo lo que podemos saber de cosas irrelevantes y de todo lo que se nos escapa de lo que más nos importa

Cómo desconectar del móvil para conectar en familia

La mayoría no sabemos vivir sin el móvil. Volveríamos sin dudarlo a casa si nos lo olvidásemos y podemos mirarlo más de 100 veces desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, lo que significa que estamos mirando esa pantalla en total más de dos o tres horas al día… De hecho, a principios de este año, tomando consciencia de lo que la tecnología impacta en la relación con nuestros hijos, se puso en marcha el reto conexión, con pautas muy interesantes para minimizar el poder que el móvil ha alcanzado en nuestro día a día.

Pero en estas fechas, si cabe, es de especial relevancia hacernos conscientes de la situación. ¿De qué sirve reunirnos alrededor de una mesa con toda nuestra familia, si al final hablamos con otros a través de Whatsapp? ¿Para qué ese esfuerzo buscando los regalos tan deseados de nuestros hijos, si el objetivo único será tener el mejor vídeo o foto que, seamos sinceros, probablemente no volveremos a reproducir?

A veces nos ponemos excusas y autojustificamos: nos permite estar cerca de la familia o amigos que están lejos, mantener amistades que de otra forma nos hubiésemos perdido… Y, en realidad, aun siendo una gran idea usar la tecnología con este fin, ¿de qué nos serviría si perdernos en ella nos lleva a la separación de la familia cercana y las amistades que nos acompañan en el día a día?

Irónicamente, además, a 9 de cada 10 nos molesta que nos ignoren cuando compartimos mesa porque se preste atención a la pantalla… ¡pero nosotros también lo hacemos! Y lo que es más importante, si nosotros nos comportamos así, validamos el que sea una actitud que sea repetida por nuestros hijos. Piénsalo, si damos preferencia al móvil en estos momentos de compañía familiar, luego no podemos esperar que ellos disfruten de una conversación y nos cuenten cosas en vez de prestar atención a la pantalla de turno (tele, móvil o tableta…)

Qué hacer para desconectar del móvil

En mi opinión, la clave para lograr un éxito rotundo en este punto es seguir unas pautas consensuadas en familia. No se trata por tanto de eliminar le móvil de nuestras vidas (¡créeme! ¡mi vida depende en varios sentidos de él! 🙃 ); si no de no darle un papel protagonista en el tiempo que dedicamos a la familia y, en especial a nuestros hijos.

Te dejo un par de ejemplos que yo trataré de poner en práctica 😊

  • En primer lugar, en estos encuentros navideños de comidas y cenas, poner una caja en el centro de la mesa para dejar allí los móviles de los asistentes. A lo mejor, una vez acabada la cena y antes de los postres, se puede echar un vistazo rápido para atender la típica felicitación que quieres contestar/mandar. Después los móviles vuelven a su descanso y seguimos disfrutando de la compañía.
  • Además, dejar el móvil en la mesilla y marcar un horario de antemano para evitar que se nos vaya el tiempo navegando sin que nos demos cuenta. Podemos reservar una hora después de desayunar y otra hora un rato antes de dormir, por ejemplo.

Y en el fondo… ¡nos gusta conectar en familia!

El post comenzaba con un vídeo de humor, ¡y no es casualidad!; ya que me gustaría que, lejos de activar cualquier tipo de culpa, simplemente nos ayudase a tomar consciencia de la situación y nos impulsase a buscar nuevas formas de actuar.

Y, creedme, hay esperanza. En las Navidades pasadas se realizó un estudio precisamente para saber qué uso estábamos haciendo los españoles del móvil en ese momento y… ¡en Nochebuena disminuyó casi un 30%!

Así que si en Navidad se escapó alguna mirada de más al teléfono… ¡tranquila! Afortunadamente tenemos un montón de fechas más para compartir en familia. Fin de Año y Reyes te esperan para que puedas dar lo mejor de ti 😊

¡Que el 2020 te sonría! 😉

¡Te espero!

Helena
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