Tiempo de calidad con los hijos

¿Dedicamos tiempo a lo verdaderamente importante? Un cuento para la reflexión

Es tiempo de regalos. En 3 días vienen los Reyes Magos. Seguro que ellos y sus pajes andan como locos decidiendo y comprando los regalos de última hora, peleándose por encontrar parking, haciendo colas interminables en las cajas de los centros comerciales, envolviendo, etiquetando…

En definitiva, haciendo todo lo posible para que el día 6 los niños reciban los regalos que más ilusión les hacen. Muñecas, coches, videojuegos, libros, pelis, juegos de mesa… de todo y variado, pero, ¿Cuál sería el regalo ideal para los niños? ¿Cuál es el regalo que desean sobre todas las cosas y que no suelen poner en la carta?

Hace tiempo me tropecé con esta historia, no recuerdo ni siquiera dónde lo ví, pero sí que me conmovió. Te lo dejo como regalo de reyes, ojalá te invite a pensar tanto como a mí en cómo se ven las cosas a través de los ojos de los más pequeños y a reflexionar y preguntarte qué es de verdad lo importante. Cómo dice Victor Kuppers, «En esta vida, lo más importante es, que lo más importante, sea lo más importante! ;)

Gracias a quien quiera que escribiese esta historia!


Aquí tienes la historia:

Con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño recibía así a su padre al termino de su trabajo:

– ¡Hola papi!, ¿cuánto ganas por hora?

El padre con gesto severo repuso :

– Mira hijo, ese es un tema que no te interesa. Ahora no por favor, estoy cansado.

Pero papi -insistió- dime por favor, ¿cuánto ganas por hora?

La reacción del padre fue menos severa. Solo contestó: unos 70 euros la hora.

– Papi, ¿me podrías prestar 50 euros? – preguntó el pequeño.

El padre, lleno de cólera y tratando con brusquedad al niño, dijo:

Así que esa era la razón de saber lo que gano. ¡Vete a dormir y déjame descansar! ¡Siempre estás pidiendo!

Había caído la noche. El padre meditó sobre lo sucedido y se sintió culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo. Para descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto de su hijo. Con voz baja preguntó al pequeño :

– ¿Estás ya dormido ?

– No, dime papi- respondió entre sueños.

– Aquí tienes el dinero que me pediste – respondió el padre.

– ¡Gracias papi! -contestó el pequeño. Y metiendo su mano bajo la almohada, sacó un billete de 20€.

– ¡Ahora ya tengo 70 €! ¿Podrías venderme una hora de tu tiempo?


A mí este relato me dejó noqueada, ¿Te ha removido tanto como a mí?

Y por supuesto te deseo que los Reyes Magos vengan cargaditos de cosas que sean importantes para tí y tu familia.

Helena Ruiz Pino

Madres al borde de un ataque de nervios

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